viernes, 24 de diciembre de 2010

La Navidad Dulce navidad... por el Nega


La navidad es el padre de familia que pide unas monedas en la puerta de Mercadona. La navidad es el obrero que, vencido por las deudas y la hipoteca del banco, termina con su vida dejando mujer e hijos. La navidad es el niño que descubre de repente que los reyes son los padres, pero están en el paro y no llegará la playstation por muy bien que se haya portado y por mucho pan duro y agua que deje a los camellos. La navidad es la administrativa que se deja tocar el culo y aguanta las bromas babosas de su jefe, no está la vida para perder el trabajo.

La navidad es la puta del Este de Europa que llama a su familia para felicitar las pascuas desde el mismo burdel de carretera en el que pasará la Noche Buena. La navidad es la vieja profesora en la residencia de ancianos, vencida por los años y añorando una y otra vez los tiempos en los que tenía la carne firme. Las auxiliares se empeñan en ponerle un gorrito de Papá Noel mientras sacan el turrón barato, sus hijos esquían en Baqueira Beret.

La navidad es el viejo cine convertido ahora en un Starbucks, donde los yuppies engominados hablan con sus sofisticados teléfonos celulares y manda postales de felicitación electrónicas, tan auténticas como los pechos de la camarera.

La navidad es el añejo malabarista al que los años cobran factura y se le caen los bolos en ese circo roñoso y destartalado, ubicado en un pueblo de tercera. Los reflejos apenas responden, malos tiempos para la lírica. Después recoge los bolos del suelo, pega una temeraria voltereta que casi le parte en dos los riñones y levanta las manos en señal de agradecimiento como si formara parte del número. Algunos niños silban.

La navidad es el viejo rockero de verbena en verbena cada cual más sórdida, tocando los mismos temas que odia, éxitos indiscutibles de las radiofórmulas. Tenía que haber firmado aquel contrato discográfico, el rock n roll está lleno de rockeros íntegros... Mientras puntea los acordes de "Chiquilla" sólo piensa en que el colchón de la pensión, ubicada encima del bar del pueblo, no sea ni demasiado duro ni demasiado blando. Por la mañana yo me levanto... y voy corriendo desde mi cama....

La navidad es el feriante que año tras año recorre los caminos azarosos de una España miserable, la sirena de los coches de choque le devuelve a la realidad. Absorto, recuerda aquel verano en Torrevieja y una promesa vertida por labios de mujer que nunca se cumplió. Los sintetizadores de Camela siguen sonando estridentes.

La navidad es esa prostituta de lujo que abandona el lecho sin despedirse, sin ni si quiera dejar una nota, y nos devuelve la sonrisa año tras año, maléfica mueca, guiño perverso.

Feliz Navidad Mr Lawrence

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