De cara a la discusión que se profundiza en nuestro país sobre el carácter de la educación que necesita el proceso de liberación nacional para lograr sus objetivos en pro de la emancipación del pueblo trabajador, la Juventud Comunista de Venezuela reproduce un extracto de su Plataforma de Lucha, documento aprobado durante el XI Congreso Nacional de la JCV, que trata sobre este importante tema para avanzar en la profundización del proceso revolucionario. A continuación el texto:
Venezuela necesita universidades e institutos y colegios universitarios con capacidad de formar el capital humano que contribuya al dominio del conocimiento, al desarrollo de la educación, la ciencia y la tecnología, a fin de abrir paso a una nación avanzada, libre del atraso, la pobreza y la dependencia. Las actuales casas de estudios no corresponden a estas necesidades. Se han quedado en el pasado, bajo el control de elites divorciadas de la realidad social, que separaron a las universidades de las exigencias nacionales y del sentir del pueblo. Muchas de estas universidades han sido pervertidas por la corrupción de sus autoridades y las prácticas de sus cuerpos de profesores y organizaciones gremiales descompuestas por décadas de irregularidades y vicios.
En el país, tenemos numerosas y muy diversas instituciones educativas superiores, tanto públicas como privadas, con diferentes objetivos y funciones: Universidades pedagógicas e institutos pedagógicos, institutos y centros de investigación y estudios avanzados, institutos especiales de formación docente, institutos universitarios de tecnología, colegios universitarios, instituciones de formación de oficiales de la Fuerza Armada, la mayoría de las cuales han sido creadas principalmente en los últimos cuarenta años en forma completamente anárquica, sin criterios técnicos precisos, sin ningún tipo de planificación sin responder a necesidades concretas y especificas del país, sin ninguna forma de articulación entre ellas y sin cumplir las condiciones uniformes de calidad.
En el caso de las instituciones privadas, la mayor parte fue creada incluso por razones muy distantes del interés educativo y funcionan principalmente como negocios muy lucrativos, como fuentes de poder para sus propietarios y gerentes. Esto determina que la educación impartida sea de baja calidad y constituya prácticamente un fraude no solamente para la juventud estudiosa y sus familiares, sino también, para el país y sus planes de desarrollo que requieren de la actividad laboral y eficaz de gran cantidad de profesionales y técnicos de gran preparación.
La transformación de la educación superior, para que cumplan la misión de conciencia crítica y ética, de formación humana de expansión del conocimiento, de asimilación y creación en el orden de las ciencias y tecnologías, es imperioso iniciarla decididamente y llevarla hasta sus últimas consecuencias. Ningún país puede avanzar sino cuenta, entre otras condiciones imprescindibles, con institutos de educación superior del más alto nivel humanístico, científico y tecnológico.
No se trata de lograr un maquillaje reformista para que todo quede igual y las apariencias oculten el mismo viejo contenido de exclusión, de pobreza académica, de divorcio con las necesidades de cambio, de falta de identidad nacional, de corrupción, de prácticas antidemocráticas y antipopulares.
Los sectores de derecha, que tienen como uno de sus últimos reductos las instituciones de educación superior, se escudan bajo la figura de la Autonomía Universitaria, manipulando su significado constitucional. Estos sectores tratan de darle a la Autonomía un carácter de extraterritorialidad para que las Leyes y los Poderes Nacionales no tengan atribuciones al interior del espacio universitario, tratan de crear una coraza dentro de las universidades, para no rendirle cuentas al Estado sobre el manejo de éstas. Es decir, tratan de hacer ver a las universidades como un Estado dentro de un Estado.
DE LA EDUCACIÓN MERCANTILSTA A LA EDUCACIÓN POPULAR
La Educación que necesita el Proceso Revolucionario
Entendemos la educación como un punto clave y trascendente que nos permitirá alcanzar de manera más acelerada las metas planteadas para el desarrollo integral de la nación -crecimiento económico, máximos niveles de industrialización, avances en el campo científico y tecnológico, valores de la nueva ciudadanía socialista-, sin dejar de lado la liberación intelectual y espiritual del nuevo ciudadano y de la nueva ciudadana. Por tanto, nos valemos de las palabras de nuestro Libertador Simón Bolívar para reafirmar nuevamente que “Las naciones marchan hacia el término de su grandeza con el mismo paso con el que camina su educación”.
Luchamos por una educación que realce el carácter libre del conocimiento, como un bien no enajenable de la sociedad venezolana y que no puede ser mercantilizado. Es necesario pasar de una educación ideologizada al servicio de las transnacionales y de la burguesía nacional hacia un conocimiento que esté al servicio de las mayorías excluidas.
Concebimos la educación como un proceso permanente, desarrollada a lo largo de la vida del ser humano. No podemos ver la educación como una cuestión mecanicista que se desarrolla por etapas, con un principio y un fin. Entendemos la educación como un proceso continuo y liberador del ser humano por cuanto lo forma para asumir al trabajo como actividad creadora de conocimiento que lo comparte con sus semejantes y no puede ser alienado; lo integra directamente con su entorno, mediante su participación directa y la transformación de ambos. Como un proceso estrictamente democrático y participativo, por cuanto la relación entre sus participantes debe desarrollarse de manera horizontal, dejando de lado las características verticales, autoritarias, impositivas entre unos y otros.
La educación por la que luchamos no es una actividad mecánica e impositiva donde el estudiantado debe recibir toda la información que le transmita el docente de manera acrítica y no reflexiva. Por el contrario, consideramos que la educación tradicional basada en paradigmas positivistas, coercitivos, llena de absurdas concepciones del hombre como una máquina apta sólo para desarrollar las fuerzas productivas en beneficio de una minoría explotadora, no se ajusta a los nuevos tiempos venezolanos, por tanto, el proceso educativo que visualizamos debe ser una construcción colectiva de conocimientos útiles para la transformación de la sociedad venezolana, mediante la formación de percepciones críticas y reflexivas del estudiantado. Tanto estudiantes como docentes participan de manera colectiva en la construcción de conocimientos.
Es fundamental lograr la Nacionalización de la educación y que sea impartida de manera gratuita a toda la población. Gratuidad garantizada por un sistema de becas, transporte, comedores, bibliotecas, atención médica y dotación de textos y materiales. Para ello, el Estado venezolano debe ser el responsable de la planificación, organización, supervisión y financiamiento del sistema educativo nacional, atendiendo a los requerimientos socio-culturales, económicos y políticos del país y enmarcado en un proceso de participación protagónica y desarrollo del Poder Popular, en sus diferentes órganos de decisión (consejos comunales, consejos estudiantiles, consejos de trabajadores, entre otros). De acuerdo a la actual configuración del Poder Ejecutivo, proponemos que los Ministerios del Poder Popular para la Educación, para la Educación Universitaria, para la Ciencia y la Tecnología, para el Deporte y para la Cultura se constituyan y articulen en un organismo coordinador, planificador y contralor de la política educativa junto a los órganos del Poder Popular comunal y estudiantil.
El objeto de la educación será el desarrollo integral –físico, intelectual, moral y ético- del ser humano, para que las venezolanas y los venezolanos construyan una vida cada vez más libre y justa. La educación debe tener una orientación de carácter antidogmático y científico, ligada a la investigación, la práctica social y la actividad productiva.
El sistema educativo se debe estructurar de modo que coordine la educación juvenil y la de adultos; unifique la calidad de la enseñanza en toda la nación y en todos los niveles; cubra la totalidad de la población escolar incluyendo la que requiere atención especial; asegure la formación óptima, el desenvolvimiento continuo y la realización plena de las y los educadores, así como la actualización periódica de los programas y métodos; garantice la orientación vocacional de las y los jóvenes y la capacitación completa de las y los trabajadores y cree las condiciones para la educación ininterrumpida.
Para que el sistema educativo pueda alcanzar esta meta, debe recibir el apoyo organizado permanente de los medios de comunicación y de información, de las organizaciones y movimientos sociales, las comunidades organizadas y todo el conjunto de la sociedad. En la educación los medios de comunicación social deben servir como instrumentos esenciales para el desarrollo del proceso educativo y como tal deberán cumplir funciones educativas, informativas, formativas y recreativas que contribuyan al desarrollo de conocimientos, valores que fortalezcan la convivencia ciudadana en la construcción del socialismo. Los medios de comunicación de masas deben estar al servicio de los intereses de la sociedad, por lo tanto deben abrir espacios de participación para la organización del pueblo. Deben ser una herramienta educativa que contribuya a la construcción de la educación a distancia como un nuevo modelo pedagógico.
Avalamos una educación que propicie el desarrollo de las fuerzas productivas del país y a la vez construya nuevas relaciones de producción bajo los principios socialistas. Una formación de profesionales y técnicos no tecnócratas, no academicistas, no economicistas, no mercantilistas e independientes de la ideología imperialista; sino, más bien, bajo una visión humanista e integral. De esta manera se contribuirá directamente en la construcción del sistema socialista. Por tanto, debe desarrollarse una educación en la que se realce la valoración ética hacia el trabajo, como actividad liberadora y emancipadora del ser humano, forjadora de conocimiento y útil para la transformación del ser social.
La población venezolana requiere una educación que fomente valores de solidaridad, cooperación, sensibilidad social y que desarrolle prácticas tan valiosas como el trabajo voluntario. En este sentido, la ayuda directa a la transformación de la realidad de las comunidades, en especial las más pauperizadas, de manera consciente y voluntaria, que brinde al educando herramientas y conocimientos útiles para la resolución de problemas en cualquier espacio: aprender – haciendo.
Se debe construir la educación que exalte y fortalezca los valores propios de la identidad nacional. Que esté dirigida al rescate de la historia; de la valiosa memoria de nuestros próceres, luchadores indígenas, afrodescendientes, mártires revolucionarios y heroínas revolucionarias, y sus aportes a la construcción de una nueva sociedad; que realce lo mejor de nuestros valores culturales y folklóricos.
Una educación que garantice igualdad de acceso a estudios profesionales, atendiendo a las diferencias de clases. En tal sentido, se debe privilegiar a los sectores populares en tanto la gratuidad y la garantía de su culminación, atendiendo a su condición socio-económica.
La Revolución Bolivariana demanda que la educación brinde las herramientas necesarias para hacer efectiva la democracia participativa y protagónica que garantiza la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de manera responsable y consciente. Se debe enfatizar el conocimiento de los instrumentos que puedan brindar un buen desenvolvimiento en los espacios de toma de decisiones en las comunidades, regiones y a nivel nacional: Consejos de Trabajadores y Trabajadoras, Consejos Comunales, Consejos Estudiantiles, y cuanto ámbito de poder popular pueda desarrollarse a través del tiempo.
La nueva educación de carácter socialista no puede dar espacio a ningún tipo de discriminación por etnia, religión, origen, género, edad, discapacidad. En especial, una educación que garantice el reconocimiento, respeto y desarrollo de los pueblos originarios, de su cultura, su historia y sus costumbres. Por tanto, debe existir una educación que integre a las personas con necesidades especiales, multiétnica, pluricultural, en consonancia con los derechos garantizados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Como parte del desarrollo integral del ser humano, debe existir una educación que fomente las actividades físicas, deportivas y artísticas; ampliando los espacios para la práctica de dichas actividades y asegurando la inclusión de los sectores populares en la ejecución de políticas, programas y proyectos destinados a tal fin.
De igual manera se debe fomentar, desarrollar y orientar la Educación Sexual, para atacar de manera objetiva el flagelo que atañe a la juventud venezolana, que es un legado de la educación deficiente del sistema capitalista, en este punto debe fomentarse la prevención y el desarrollo de la salud sexual y reproductiva.
La educación debe crear garantías a los habitantes de las zonas rurales su integración al sistema educativo, el respeto y reconocimiento a sus particularidades culturales regionales y locales. Se debe impulsar la creación de centros educativos acordes con su entorno ambiental.
Se requiere que la educación permita adquirir las herramientas necesarias para el uso y desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. De esta manera se garantizará el logro de la plena soberanía tecnológica de la nación en el marco del proceso de liberación y la construcción del socialismo. De igual manera, debe garantizarse el acceso pleno a las herramientas tecnológicas de la nueva era a todas las personas sin discriminación de edad, clase social, raza, cultura; en la búsqueda y consolidación de la alfabetización tecnológica.
Es una prioridad la formación del eco-ciudadano, para fomentar la relación conservacionista, armoniosa y respetuosa entre el ser humano y su medio ambiente, entendiendo al primero como parte fundamental del segundo. Se debe realizar, con mayor énfasis, una formación de principios socialistas y ambientalistas en contra del sistema depredador, explotador y destructor del medio ambiente y sus recursos naturales -que constituye el sistema capitalista y su modelo de desarrollo insostenible en el tiempo-; priorizándose la toma de conciencia y la construcción de un modelo productivo ecológico socialista.
Para poder desarrollar una educación con la calidad necesaria para impulsar el avance integral del país, resulta necesario que cuente con el apoyo en cuanto a recursos financieros y equipos desde el presupuesto nacional. Desde el Estado debe considerarse como prioritaria la atención a la educación, en todos sus aspectos, especialmente, la dotación de equipos necesarios para su desarrollo, para lo cual se debe destinar un monto no inferior del 20% del Presupuesto Nacional.
Una educación que fomente el desarrollo científico, tecnológico promoviendo un modelo de educación autodidacta, que despierte la inquietud por el saber y la búsqueda del aprender haciendo e indagando en la cotidianidad. En las instituciones educativas se deben sentar las bases de aprender a estudiar, de aprender a investigar e introducir el deseo de la búsqueda infinita del saber.
Con respecto a las universidades, consideramos que la autonomía es relativa, por tanto, no puede estar por encima de los destinos de la nación y mucho menos por encima del Estado, debe estar sometida a los intereses de las mayorías. La autonomía no puede constituirse en una anarquía, no puede ser un Estado dentro de un Estado, y su validez es relativa frente a los intereses generales de la sociedad y del país. Las instituciones educativas deben estar vinculadas a la construcción y ejercicio del Poder Popular, como garantía de la democracia y de un constante diálogo de saberes, que fortalezca la integración y que construya conocimiento útil y pertinente a los intereses de la sociedad y de la nación. Sobre la base de ello debe promoverse la democratización de los espacios de gobierno y cogobierno de las instituciones educativas, planteándose al igual que en la Constitución la elección en igualdad de oportunidades y garantizar el revocatorio de las autoridades. Garantizar los espacios de participación y toma de decisiones de las y los estudiantes, junto a los trabajadores y las trabajadoras, y su carácter vinculante hacia las políticas que emanen de las autoridades rectoras. Inclusive, la participación directa de las comunidades organizadas (Consejos Comunales, Consejo de Trabajadores y Trabajadoras, y Consejo Estudiantil) en la toma de decisiones de los procesos más trascendentes de la vida educativa.
Para hacer valer los intereses de la nación y su pueblo, proponemos: a) Democratizar en el marco de la participación protagónica, todas las instancias del poder universitario, dándole cabida no sólo a todos los sectores gremiales universitarios, sino involucrando también a la comunidad circundante. b) En la educación universitaria deben establecerse relaciones significativas entre las universidades y el sector productivo nacional, mediante articulaciones que garanticen el beneficio mutuo y el desarrollo integral de nuestra sociedad. c) Buscar fórmulas mediante las cuales se otorguen los presupuestos necesarios, pero sometidos a criterios de diferenciación, tomando en cuenta el control presupuestario universitario y los resultados de cada institución en cuanto a: racionalización de recursos existentes; esfuerzos en la diversificación de fuentes alternativas de financiamiento; logros de calidad académica; logros de pertinencia social y logros de equidad. d) Consolidar la extensión universitaria, es decir, la Universidad actual debe ser ventana abierta para recoger del entorno sus diversas manifestaciones, inquietudes y problemáticas; y puente de salida de la cultura y de la ciencia para la transformación de la realidad circundante. e) Transformar la autonomía universitaria actual por una responsable, es decir, la autonomía no significa extraterritorialidad, ni que las leyes ni poderes nacionales no tengan atribuciones al interior del espacio universitario. f) Construir una educación con calidad científico-técnica, ética y humanística al alcance de todos. g) Reestructurar los estudios de Pregrado y Postgrado en función del nuevo contexto social y tecnológico desarrollado a nivel global. h) Desarrollar y promover la investigación científico-humanística, necesaria para la consolidación del proceso bolivariano. i) Convertir las instituciones de educación superior en centros de promoción artística, en todas sus expresiones.
De igual manera, un tema que debe ser de abordaje obligatorio es el papel de la educación en el impulso de la unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños. De esta manera, cumpliremos con el sueño bolivariano y martiano de ver a la América toda unida en una sola Nación; fomentando el desarrollo de los pueblos como un eje estratégico para la construcción de un mundo multipolar, rompiendo con la hegemonía imperialista. Para ello, se debe priorizar y atender convenios, planes y proyectos especiales que busquen el desarrollo de conocimientos útiles para la región en diferentes áreas, especialmente lo relacionado con el levantamiento del aparato productivo y el desarrollo de las ciencias y las tecnologías.
Entonces, proponemos una educación que se encuentre en permanente sintonía con los requerimientos de la nación venezolana y la unión de los pueblos latinoamericanos, ante el grandioso reto que se nos presenta en la actualidad: la construcción del socialismo
XI Congreso Nacional de la Juventud Comunista de Venezuela
Guárico - 2009
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